Versos Negros.


Era la noche en que mis palabras y pensamientos se vistieron de negro porque es la noche para el funeral de mis versos, Era la noche en que ellos tomaron una vela de color carmín y la encendieron en el más oscuro y muerto jardín, la misma Parca cavó la tumba y la única viuda era la gran musa de la música, sus lagrimas son frías como los besos de aquella hermosa y tortuosa mujer que entro justo después que el s
acerdote impuesto para la oración final, con tres flores en la mano: una roja, una blanca y una negra, un largo vestido mortuorio con un velo en su rostro, seguido de las cinco princesas, la del este, también conocida como la princesa de mirada inocente, que con tan solo sonreír hace que mis palabras vuelen en el más despejado paraíso de las locuras, fue vestida de un incognito entierro ya que ella no sabe quién es el muerto ni a quien darle el más sentido pésame que sin mentir debería sentirlo, ya que esta princesa es la causante de que mis versos estén muertos…, la del oeste, es la princesa que ha viajado de más lejos, su color de piel es moreno porque del lugar de donde viene el sol es tan imponente que es un Dios, ella cree en la luna, en los animales y en el viento, en sus tradiciones no saben lo que es un entierro por eso no fue vestida de negro, solo llevo su ropa cultural y en su mano una esfera de cristal donde se veía mi alma agarrada de la mano de dicha princesa, trajo la magia y con ella la daga del sacrificio…, la del norte, es la más pequeña de las hermosas princesas su traje era un vestido entre tonos grises y negro solo trajo consigo un beso para el muerto…, la del sur es la princesa de cabellos sangrientos, es la princesa que todo lo ve, es la princesa que no conozco pero aun así fue al entierro vestida de un elegante negro que engaña a los hombres, es la princesa de lo desconocido, es la princesa que deseo…, la del centro, es la princesa del mar, tiene poder sobre todos los animales marinos, no fue vestida porque es sirena-princesa, se le fueron concebidas dos piernas durante un día por la hermosa y tortuosa mujer, después de ellas entro un viejo novelista, un detective y un sujeto desconocido tanto para mí como para el mismo, y así: - Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis, culmino diciendo el sacerdote mientras bañaba con agua vendita el cadáver que representa todo lo que he escrito, la princesa del sur coloco en el ataúd un ojo de oro traído del antiguo Egipto, transformado por ella misma en collar, se dio la vuelta y salió del jardín sin decir palabra alguna.

A flor de piel cayó de rodillas la princesa del oeste con la mano del viejo novelista en su hombro. Y así los ruidos de la muerte sumergieron en el espesor de la noche observando al decapitado cuerpo descansando, las tres flores fueron quemadas en una hoguera y la mirada profunda de la hermosa y tortuosa mujer desapareció y sus ojos reflejaban mi alma al igual que la esfera de cristal. Que exploto entre todos y sin darme cuenta las princesas se habían ido para mí y sin darme cuenta me enc
ontraba solo con la hermosa y tortuosa mujer, mirándonos, sin decir palabra alguna, terminamos besándonos… No había nada a nuestro alrededor pero todos nos observaban, la princesa del este decidió partir seguido por el detective que sospechaba de ella, la hoguera se apagó y las cenizas de las flores chocaron contra nosotros dos a causa de un fuerte viento mientras ambos labios se negaban a separar el uno del otro, el detective la siguió hasta el carruaje donde la esperaba el príncipe de las tinieblas, y al partir el detective ya no estaba ahí, su cuerpo realizo una auto cremación de la nada y el viejo novelista lo escribió y escribió todo lo que vio, esa noche mientras las serpientes danzaban a nuestro alrededor.

A esa madrugada la he denominado la madrugada de lo oscuro cuando nuestros cuerpos empezaron a radiar en los colores rojo, blanco y negro. Después una hora de rezos, y escuchar el canto de los cuervos, la princesa del centro se fue agarrada de la mano del viejo, la princesa del norte dio el beso que había traído al cuerpo y partió volando, la princesa del oeste se levanto y dijo adiós sin darme cuenta solo dejando clavada al suelo la daga del sacrificio y así nuestros labios se lograron separar, y sin decirme nada se fue, una orgia la esperaba no muy lejos del jardín pero un amargo sabor en mi boca dejo en forma de tortura, la Parca tapo la tumba mientras el sacerdote cogía una guitarra y formaba una melodía con tan solo un tritono, y en mi mente miles de sicofonías empezaron a sonar, como si todo fuera en vía contraria, la Parca desapareció ante mí el sacerdote clavo la guitarra contra el suelo y pinchándose un dedo prosiguió a escribir sobre ella un epitafio: “Versos Negros”, me senté frente a la tumba y detrás de mi llego el sujeto desconocido, todo empezó a amanecer, toco mi hombro y me dijo: Al tercer día resucitaran como lo hace un Dios. Y aquel día en que lo imposible se manifestó, lo desconocido se me dio a conocer y lo maligno de todo se apoderaba… de un parpadeo desperté en mi cama, sudando y dando gracias por despertar de aquella pesadilla, todo a mi alrededor estaba normal, Aunque curiosamente tenía un collar con un ojo de oro en mi mano.



2 comentarios:

Cindy Rodriguez dijo...

Hola Tribi, como comenté en el Face, pss ya es costumbre que aqui también te comento siempre pss te dejo mi huella...
ya debes estar cansado de leerlo, pero gusta lo que escribes *.*...

demasiado bien, sigue en esa labor de escritor que la desempeñas muy bien... (K) chau

Anónimo dijo...

hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....

Publicar un comentario

;